La crisis del coronavirus sorprendió a Arsenio Vilallonga, ingeniero de telecomunicaciones, enfrascado en el proyecto por el cual dejó atrás una exitosa carrera desarrollando y poniendo en marcha sistemas de vigilancia y seguridad por todo el mundo: montar su propia empresa centrada en crear tecnología para la casa. Pero también el estado de alarma con el consecuente confinamiento le ha servido para identificar una oportunidad de negocio dando respuesta a una necesidad evidenciada por la crisis: que la vulnerabilidad de las personas mayores o con problemas de movilidad se acrecienta con el aislamiento.
Para solucionarlo ha lanzado al mercado un sencillo dispositivo capaz de conectar el teléfono móvil al telefonillo de casa evitando así desplazamientos para abrir la puerta o atender a los repartidores, carteros u otras visitas. El ingenio pertenece a Qvadis Innova , el nombre de la empresa donde Arsenio Vilallonga es consejero delegado. “Trabajamos en aplicaciones que facilitarán el día a día en muchos hogares, pero el confinamiento, y en especial el aislamiento de personas mayores, nos alertó sobre las ventajas que nuestra tecnología podría aportar en la situación tan complicada que vivimos. Muchas personas mayores o con movilidad reducida no llegan a tiempo o no oyen bien el telefonillo, sin embargo, todas ellas llevan su móvil con ellos”, explica.
Trasladar el telefonillo al móvil posibilita que las personas mayores o con movilidad reducida puedan hablar con alguien que llame al portal de su casa y abrir la puerta sin moverse del sofá o levantarse de la cama, solo con descolgar una llamada en su móvil.
El sistema es sencillo: cuando alguien pulsa el botón del piso en el portero automático, en el móvil de la persona interesada suena una llamada. Basta con responder, de la misma forma que se hace con una llamada telefónica normal, para hablar con la persona que está en el portal y, si se quiere, abrir con el simple gesto de deslizar el dedo por la pantalla del móvil. Otra ventaja a su favor es la fácil instalación dado que es suficiente con cambiar el telefonillo interior de la vivienda -sin necesidad de obras- y descargar una aplicación móvil.
Como señala Arsenio Vilallonga, “actualmente hay otros sistemas muy parecidos, pero ninguno de ellos es compatible con los telefonillos tradicionales y ha de cambiarse la instalación entera del edificio, lo cual lo hace más complicado, pues se necesita el acuerdo de la comunidad de vecinos y supone un desembolso importante y retirar sistemas que siguen funcionando después de 20-30 años”.
fuente: emprendedores.es
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