Sin embargo, Nanolinux merece atención por méritos propios. Comenzando por la utilización de Nano-X Windows System en lugar de X11, SLWM como gestor de ventanas y FLTK (Fast Light Toolkit) a cargo de la interfaz gráfica. Estos son los tres ases que hacen de Nanolinux una distribución cuyos requisitos mínimos pasan por un procesador 486 y 64 MB de RAM (que podrían ser menos, pero con 64 MB de RAM ni siquiera es necesario asignar un espacio de intercambio).
Desde luego, con tales antecedentes no te puedes esperar un bellezón a los ojos, pero sí un rendimiento espectacular, además de una pequeña colección de aplicaciones básicas -incluso juegos-, ideal para instalar en una memoria USB o en un PC antiguo que desees resucitar.
Más información: NanoLinux USB
NanoLinux Disco Duro
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