Mito número 1: Instalar Linux es complicado
Aunque es cierto que hace unos años instalar una distribución Linux podía resultar un quebradero de cabeza para los "no iniciados", hoy en día instalar una distribución como Ubuntu, Suse, Mandriva, etc. es tan sencillo (o más) que instalar Windows. Incluso si nunca hemos instalado un Sistema Operativo, descubriremos que instalar Linux consiste básicamente en introducir el CD de instalación, reiniciar el ordenador y seguir unas sencillas instrucciones que cualquier persona que tenga unos mínimos conocimientos informáticos puede realizar sin ningún esfuerzo.
Además, existen muchas distribuciones de Linux que incluyen versiones "Live", es decir que no necesitamos instalarlas para comenzar a trabajar con las mismas. De esta forma podremos "echar un vistazo" previo a nuestro escritorio e instalarlas posteriormente con unos pocos clics.
Mito número 2: Linux es para geeks, no para empresas
Una de las grandes características del Software Libre es que cualquier persona, institución o empresa puede crear su propia distribución Linux. Esto implica que actualmente existen distribuciones que varían en su "nivel de complejidad", y que se orientan a distintos tipos de usuarios. Si bien es cierto que hay algunas que están claramente enfocadas al mercado doméstico, y otras que hacen las delicias de los estudiantes de ingeniería informática, existen un buen número de ellas claramente orientadas al mercado empresarial.
Uno de los mejores ejemplos lo constituye Red Hat, que gracias a su distribución Red Hat Enterprise Server (y Desktop) para empresas, ha conseguido en España clientes de la talla de Arsys, así como una amplia red de partners que garantizan el soporte y dan cobertura a las necesidades de las empresas. Otra distribución de carácter empresarial es SUSE Linux Enterprise Server/Desktop (SLES, SLED), cuya "empresa madre" Novell, ha conseguido introducirse con gran éxito en muchas empresas de nuestro país, llegando además a acuerdos de colaboración con grandes del sector como SAP y Microsoft.
Mito número 3: Linux no dispone de software para empresas
Para empezar, en cualquier distribución Linux contamos con la suite ofimática OpenOffice.org, una excelente alternativa a Microsoft Office y que cubre prácticamente el 80% de las funcionalidades de unos de los productos estrella de Microsoft. En el mismo campo, IBM lanzó hace unos meses su propia suite de ofimática: Lotus Symphony, un desarrollo multiplataforma (por lo tanto también disponible para Linux) capaz de competir de tú a tú con Microsoft Office. Es más, el producto es tan bueno que la propia IBM anunció recientemente que no iba a seguir utilizando Microsoft Office.
En el campo de la contabilidad y las finanzas en Linux podemos encontrar con programas que cubren las necesidades del 90% de las empresas españolas. Algunos son tan reconocidos como Gnu Cash, Quasar Accounting, MoneyDance, Mybooks o Nolapro. No todos los programas de contabilidad disponibles para Linux son Open Source, ni todos son gratuitos, pero tampoco lo son para Windows.
Si lo que buscamos es un ERP también tenemos buenas alternativas, como el famoso Open Bravo, u otras como Open Pro o XTuple. En cualquier caso una simple búsqueda en Google de ERP + Linux nos proporciona miles de resultados en incluso en el campo del CRM las alternativas son más que numerosas.
Además si tenemos en cuenta que cada vez más software de gestión empresarial se está ofreciendo a través de una modalidad SaaS (Software as a Service) nos daremos cuenta de que nuestras posibilidades y opciones de elegir el mejor producto se multiplican por mil.
Mito Número 4: Linux no es compatible con Windows
Uno de los miedos que sienten muchas empresas y que les impiden dar el salto es que piensan que en un momento determinado van a tener que instalar una aplicación de la que no exista una versión para Linux. En este punto, hay que tener en cuenta que proyectos como Wine (aplicación que permite ejecutar aplicaciones Windows en Linux) pueden garantizar que aproximadamente el 90% de las aplicaciones desarrolladas para Windows pueden ser ejecutadas en Linux.
Además, disponemos de alternativas comerciales como CrossOver Office una solución que nos garantiza que podremos recrear las principales herramientas de Windows en nuestro entorno Linux. Si aún así no lo consiguiésemos (algo bastante improbable) también podemos optar por la virtualización, creando una máquina virtual en nuestro equipo gracias a aplicaciones gratuitas como Virtual Box.
Mito Número 5: Es imposible realizar una buena red entre plataformas Windows y plataformas Linux
Durante años, los detractores de Linux han argumentado que trazar una buena red informática en equipos de utilizaban distintos sistemas operativos podía "ser un infierno". En cierto momento había que darles la razón: aunque Linux disponía del protocolo Samba que se integraba perfectamente en las redes de Windows, hubo una época en la que Microsoft "declaró la guerra" a este proyecto por los que muchas de las actualizaciones del sistema operativo de Redmond iban encaminadas a que Samba no fuese compatible con Windows.
Afortunadamente, las "aguas han vuelto a su cauce" y hay que reconocer que ha sido la propia Microsoft la que ha acabado "haciendo públicos" sus protocolos de red, por lo que hoy en día la compatibilidad entre ambos sistemas operativos en este área está más que garantizada.
Fuente: MuyPymes
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