Por supuesto, Steam ha significado -lo está haciendo, más bien- el desembarco de la industria del videojuego en Linux, una gran alegría para muchos de los usuarios del pingüino que comprenden la anterior cuestión. Es decir, si a estas alturas de la vida la comunidad del software libre no ofreciese un sistema operativo, una suite ofimática o un navegador web a la altura de las circunstancias, sería inexcusable, pues son herramientas “de primera necesidad” para un mínimo desarrollo tecnológico. Pero que la comunidad no pueda ofrecer un título AAA… Éso no es grave; es lógico, de hecho, que los esfuerzos se destinen a las cosas importantes.
Así, Valve contribuye esta semana liberando una tecnología que será utilizada -y muy seguramente mejorada- por una comunidad de desarrolladores de software privativo, cuya finalidad es portar sus creaciones a una plataforma de software libre. Y Valve, por supuesto, no lo hace por amor al arte: cada paso que da es en beneficio de su negocio. Lo curioso es que todas las partes parecen salir ganando (exceptuando al resto de distribuidoras, tampoco se puede obviar):
Valve se expande.
La industria del videojuego se expande. El Open Source se expande ayudado por un software no esencial. Lo truculento sería, en un futuro, que el software privativo llegase a copar GNU/Linux como pasa, sin ir más lejos, en Android. Es pronto para ponerse en esa situación, que ni siquiera es comparable teniendo en cuenta la historia de ambos sistemas.
Volviendo al presente y a Valve, la empresa ha sabido adaptarse bien al entorno, contribuyendo desde el primer momento -con el stack gráfico, por ejemplo-, con detalles agradecidos -y con la inteligencia de no caminar en solitario- y, en general, con movimientos coherentes e incluso con la templanza para saber rectificar rápidamente ante las equivocaciones del día a día.
¿Se mantendrá el buen rollo en los tiempos venideros? La compañía fundada por Gabe Newell tiene fama de todo menos de tradicional. Lo demostró al crear una plataforma como Steam; lo ha demostrado al embarcarse en SteamOS, un proyecto cuyo éxito todavía es una incógnita. Pero lo intenta, y los usuarios también nos beneficiamos de ello, qué duda cabe.
Fuente: muylinux.com
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