La ministra de Justicia, Katarina Barley, hablaba de un acto grave que pretende minar la confianza de la población en las instituciones democráticas. Por el momento no es posible determinar la forma en que se produjo el ciberataque, que se inició el 1 de diciembre, pero cuyo alcance no se dio a conocer hasta el jueves por la noche, insiste el ministerio del Interior confirmando así las revelaciones hechas horas antes por el canal berlinés RBB.
Las autoridades constataron que se han filtrado tanto datos actuales como otros más antiguos y advierten de que algunos de ellos podrían haber sido falsificados. El centro alemán de defensa cibernética asumió de inmediato la coordinación de la investigación, y no descartó que el autor pueda ser alguien con acceso a información sensible.
Misterioso avisoEl caso salió a la luz cuando el jueves unos desconocidos alertaron por teléfono y desde un número privado al exlíder del SPD Martin Schulz. Un empleado del parlamentario avisó a la policía de la ciudad de Aquisgrán. Ahora están implicados los servicios secretos, que trabajan codo con codo con sus homólogos extranjeros, la Oficina de Investigaciones Criminales (BKA), la Fiscalía federal y las de varias regiones.
Varios partidos exigen una sesión extraordinaria de la Comisión de Interior para tratar de esclarecer si detrás del ataque masivo hay una motivación política. Las redes del Gobierno no se han visto afectadas, aclaró la Oficina Federal para la Seguridad Informática (BSI). Aunque sí se ha publicado parte de la correspondencia de Merkel y otros políticos. Como el diputado de Los Verdes Robert Habeck, del que se han filtrado conversaciones con su esposa.
A juzgar por el diario Bild, también se ha difundido información personal del presidente, Frank-Walter Steinmeier, así como datos relevantes de los partidos. Al parecer, la única fuerza política que se ha librado del hackeo es la ultraderechista AfD, que en el pasado fue vinculada con piratas informáticos rusos.
Pero entre las víctimas de los piratas cibernéticos figuran también músicos, como los raperos Marteria y Casper o la banda de rock K.I.Z., célebres actores como Til Schweiger, humoristas como Jan Bohmermann, que desencadenó una crisis diplomática en el 2016 tras una polémica sátira sobre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y periodistas de la talla de Hajo Seppelt, que destapó el escándalo de dopaje masivo en Rusia.
fuentes:lavozdegalicia.es
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