Consciente de que el cloud computing implica una de las transformaciones tecnológicas más relevantes de las últimas décadas, Red Hat propone lo que, a su parecer, considera como una visión diferencial en este ámbito, distinta a la de cualquier otro proveedor de TI. Su cometido: abarcar todos los modelos de la nube. Una estrategia edificada sobre los pilares del servicio, que se centra en construir una infraestructura cloud como un servicio (IaaS) o en emplear la nube de otra empresa sin diferencia alguna; crear nuevas aplicaciones Linux, LAMP o Java on-line, como una plataforma como un servicio o platform as a service (PaaS); y proporcionar la vía más sencilla de migrar aplicaciones a modelos de software como servicio (SaaS). Según la multinacional, su enfoque open source sobre el cloud garantiza una máxima interoperabilidad al permitir construir la nube desde los componentes que ya tiene la organización, tanto si es Linux o Windows, Red Hat Enterprise Virtualization, VMware o Microsoft Hyper-V, Amazon EC2 u otro proveedor de IaaS, .Net o Java, JBoss o WebSphere, x86 o mainframe.
En este punto la empresa se considera como la primera en ofrecer software empresarial, suscripciones y capacidades de soporte con un modelo de negocio y operativo diseñado para el cloud. Y es que, Red Hat habilita no sólo el uso de nubes públicas, sino que también permite a las corporaciones crear su propia cloud pública y/o privada.
En este contexto, la oferta de soluciones de Red Hat incluye, entre otros elementos: Enterprise Virtualization, Enterprise Linux, Network Satellite, Enterprise MRG Grid, JBoss Enterprise Middleware o Certified Premier Cloud Providers.
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En medio del auge de la inteligencia artificial, las grandes corporaciones tecnológicas han tomado la delantera con modelos cerrados, potentes y controlados centralmente.
Linux Mint ha sido durante años la distribución preferida por los usuarios que migran desde Windows, gracias a su enfoque en la facilidad de uso y su apariencia similar al sistema operativo de Microsoft.
Durante años, Fedora ha sido una de las distribuciones más influyentes del ecosistema GNU/Linux, impulsada por la comunidad y respaldada por Red Hat.